Es evidente que Artur Mas nunca se habría lanzado a la aventura soberanista sin el consentiminto o la complacencia de Pujol. Fue Jordi Pujol el que manifestó hace unos meses que ya no creía en una Catalunya dentro de España y que apostaba claramente por la independencia.
¿Porqué lo hizo?. Porque este giro tan radical, cuando a lo largo de toda su vida politica habia limitado sus ambiciones y objetivos a los imperativos de la cotidiana realidad?. ¿ Porqué lanzarse ahora a una empresa de un final tan incierto? ¿ Desconocimiento de Catalunya y de los catalanes que viven en esta tierra?. Difícil resulta imaginar que Jordi Pujol no fuera consciente de los riesgos, cuando estuvo tantos años al frente de la Generalitat. ¿Entonces, que ha sucedido?. ¿ Porqué de pronto, en el espacio de muy pocas semanas se llegó a la conclusión de que en toda Catalunya existía un clamor que abrazaba la independencia?. No sabían los Duran, Mas, el propio Pujol, que las manifestaciones son una abigarrada mezcla de fiesta, de sentimiento fugaz, superficial, de » happening» sabiamente instrumentado por los organizadores, que buscan hacer suyo un mensaje convenientemente condimentado? Claro que lo sabían, porque ellos fueron sus principales impulsores. Y cometieron el error de creerse que el éxito de la manifestación equivalía a una mayoria absoluta en las urnas.
Y luego, » el sueño» . El soñar para llegar a un puerto en el que los catalanes tendrían unas mejores condiciones de vida y libertad. Un evangelio, una mistica, casi una religion. » Teneis que creer en mí», » os pido que me ayudeis a conquistar estos nuevos horizontes para nuestra sociedad».
No sé que le estará aconsejando en estas horas Jordi Pujol a Artur Mas, despues de este tremendo episodio. Yo tengo muy claro qué es lo que debería decirle. En pocas palabras. Reconocer el error. Que el electorado convergente ha sido históricamente muy transversal. Que en Convergencia ha habido de todo. Y que en esta transversalidad, muchos, una mayoría se ha sentido muy comoda. Que estos votantes nunca han sido amigos de las aventuras. Que no les han gustado los riesgos. Esto es, poner en riesgo lo que se tiene y que se puede perder. Porque los sacrificios para conseguir un nivel de bienestar han sido muchos.
Sí, Artur Mas se ha olvidado en estas elecciones de su electorado natural. No es que este electorado le haya abandonado. Es él, es Convergencia quien se ha separado. Y mientras no se cambie el discurso, mientras no se vuelva al equilibrio, a la moderación, en suma, al realismo, el partido seguirá perdiendo adeptos. Oriol Pujol decia ayer, que según como fueran los asuntos de la gobernabilidad, lo del derecho a decidir tendría que dejarse en el congelador.
Pues sí, lo mejor es empezar por aquí.