Me encuentro esta mañana con una señora alemana que vive desde hace años en Ampuriabrava. Me dice que muchos de sus compatriotas se han ido. Las obligaciones fiscales que pesan sobre los extranjeros residentes, les han decidido a cambiar de aires. Los alquileres de los puertos deportivos también se ha encarecido. Hoy en día el que viene a vivir a España, tiene que declarar y tributar por todo el patrimonio y rentas que posee, ya sea en nuestro país , como en cualquier otro lado. Otros Estados que necesitan tanto el turismo como nostros, no hacen lo mismo. Sin ir más lejos, Londres. Los extranjeros que se domicilian en esta ciudad, no tienen porque tributar por las rentas que reciben de otras naciones. Pero como que nosotros somos de lo más estricto y severo en estas cuestiones, pues no tenemos ningun problema en «cargarnos» una fuente importante de ingresos y de riqueza para mucha gente, que ahora mismo está en paro y no sabe donde ir a trabajar.
Los políticos que tienen de realistas muy poco, tendrían que haber sido mucho más sensibles al problema. La industria en muchos de los pueblos y ciudades de Catalunya desapareció y nada la ha reemplazado. Muchos, muchos servicios, para cuatro empresas dedicadas a la producción de bienes en los sectores más tradicionales o clásicos. Como recambio no ha habido nada. La alternativa habría podido muy bien ser acoger a la gran cantidad de extranjeros que se jubilan cada año en los distintos países europeos, Alemania, Holanda, Francia. Esto es Catalunya y el resto de España, país de acogida. Ello habría movilizado muchos recursos económicos. La construcción, la gastronomía, el sector hotelero. Y además a lo largo de todo el año. Porque se trataría de que estos jubilados se encontraran cómodos entre nosotros, con una segunda residencia que compartirían con la que ya disponen en su país de origen.
Lamentablemente se ha hablado de todo esto en distintos círculos de influencia y de poder,- Ayuntamiento y Generalitat- pero todo se ha quedado en agua de borrajas. Mientras tanto la atonía, el desencanto sigue presente en muchas de nuestras poblaciones. No hay alternativas.
La señora alemana con la que mantuve este breve encuentro me dice que los anuncios en alemán se sustituyeron por otros en ruso.
Pero la cotización del rublo se ha quedado en la mitad o menos de lo que era. Y los rusos están bastante lejos. Los alemanes bastante más cerca.