Dicen que en estas elecciones, las ideologías van a tener una importancia grande. Que otra vez se va a discutir entre las ventajas de la economía de mercado y las ideas socialistas como tendencia dominante. Esto es «más Estado o menos Estado.» El Estado de Bienestar se ha forjado con una economía social de mercado y cuando la crisis se ha adueñado de las sociedad, se ha responsabilizado en gran parte al sistema de las causas de tantas carencias.
Los políticos, básicamente los de Podemos, le dicen al pueblo, al ciudadano que la política seguida por el PP ha fracasado. Y que ellos van a solucionarle los problemas. ¿Cómo? Con más Estado. No hablan de la inversión, de la confianza que pueda inspirarles la iniciativa privada y de la necesidad de potenciarla. No. El Estado providencial. El crecimiento va a venir así, de la manera más natural. ¿Y esto qué es?. ¿Socialismo, comunismo, «populismo»?. No. Simplemente decirle a la gente lo que le gusta que le digan. Esto es,- insisto,- que van a solucionarle los problemas y que vivirán mucho mejor que ahora.
¿Y toda esta historia es creible?. Para muchos ciudadanos les es igual. Quieren que se les engañe. Ya están acostumbrados a que los políticos prometan el cielo en campaña electoral. Aunque luego éstos no se acuerden. Pero siempre ha sido así. El pueblo está para que se le engañe. Y ahora en estas elecciones se está produciendo el mismo fenómeno. Entre otras razones porque los discursos realistas, sensatos, razonables tienen un menor alcance mediático.
El cambio generacional está produciendo también unas modificaciones serias en el electorado. De la misma manera que sin crisis, no habrían nacido los nuevos partidos políticos, también sin las nuevas generaciones abiertas a la política, habrían tenido estas formaciones la fuerza suficiente para abrirse un hueco en el mapa político español.
¿No estaban inventadas todas las ideologías?. Claro, evidentemente. ¿Entonces porque insistir, porque hablar de nuevo, apelando a sistemas que la historia enterró, después de cosechar rotundos fracasos?. Posiblemente porque en política, las invenciones, las falsedades, se pueden lanzar sin ningún tipo de consecuencia para aquel que las propaga. Es curioso que mientras las leyes penalizan las actuaciones del individuo que falta a la verdad o que engaña a otro, no lo hacen a quienes engañan, con absoluto conocimiento de ello, a todo un pueblo.
Sí, han vuelto los mesías. Han encontrado el clima favorable para ello. Y esto no es bueno.
Esperemos al domingo.