Zapatero acaba de pedir solemnemente a los controladores aéreos y a su sindicato, «responsabilidad» ante la huelga que habían anunciado hace pocos días. Finalmente los controladores que sí parecen ser un colectivo baastante privilegiado por el dinero que ganan, han dado marcha atrás y por «responsabilidad» han desconvocado la huelga.
Bueno, vamos a ver si el mismo Zapatero les habla también de «responsabilidad» a los sindicatos mayoritarios CCOO y UGT para que paralicen la huelga general que tienen ya preparada para setiembre. Si para unos se pide sentido de la responsabilidad, cuando los afectados serían cientos de miles, resulta aún más justificado que se apele a la misma cuando se va a inmovilizar a todo el país.
Montoro, portavoz del partido Popular, ha dicho que lo de las huelgas generales tiene un sabor decimonónico. Evidentemente el fenómeno tiene poco que ver con las nuevas tecnologías, con Internet, con Google, con el Facebook o con el IPad de Apple, que son unos artilugios hechos para un internauta amante de los descubrimientos, de la tecnología y de la iniciativa individual.
Además, la huelga general ya anunciada, no se sabe exactamente porqué se hace. Porque dada la escasa o nula eficacia que van a tener los preceptos de la reforma laboral en el empleo, la huelga general como reivindicación de unos derechos, no se aguanta por ninguna parte. Más que huelga, los sindicatos deberían convocar una manifestación en apoyo de otra reforma laboral más ambiciosa, que creara realmente empleo; que redujera drásticamente los casi cinco millones de parados que tenemos en España.
Pero este ejercicio de racionalidad, de sentido común, no lo harán nunca.