Indudablemente las centrales nucleares son un mal necesario. Se habla y se habla de las energías alternativas. Pero todas ellas, carísimas. De momento, muy poco eficientes. Salvo la eólica, la energía solar y la biomasa se hallan aún en un primer estadio de desarrollo. Con una productividad escasa. Toda la energía alternativa tiene que subvencionarse. Miles de millones de euros. Y esta subvención finalmente va a pagarse con el recibo de la luz. Ahora dice el gobierno que va a aumentar la tarifa a los consumidores. Y que los aumentos van a ser modestos. Pero nadie sabe como se va a financiar tanto déficit para pasar de una energía «sucia» ,- carbón, petróleo-, a una energía limpia.
Cierto. Obama también esta embarcado en esta aventura, como un instrumento fundamental de su «new deal» particular, a fin de relanzar la economía norteamericana. Y los europeos cuentan que hasta el año 2050 las inversiones necesarias para hacer el cambio energético podrán ascender a más de tres «billones» de euros; es decir «billones» europeos que no americanos, que ya se sabe que son menos. Bueno es considerar que debe avanzarse en la utilización de las nuevas fuentes de energía. Pero ya llevamos unos cuantos años y no está nada claro que las energías alternativas, puedan sustituir a las tradicionales; y que si esto llegara a producirse, los costes no fueran del todo inasumibles.
La situación es ésta. Queremos sustraernos a lo que nos ha dado luz y fuerza, practicamente durante doscientos años, pero no podemos hacerlo porque nos quedaríamos a obscuras.
Queda la energía nuclear y las centrales nucleares. Denostadas, criticadas, en el centro de mira de Greenpeace. Pero que son capaces de producir mucha electricidad y a buen precio. Si en España no fuera por las nucleares, tendríamos serios problemas de abastecimiento. ¿Y en Francia?. En Francia la todopoderosa «EdF, Electricité de France» que es una especie de «estado» dentro del Estado francés hace funcionar con absoluto descaro varias centrales nucleares que producen la electricidad que nosotros no tenemos. La conclusión es clara. 1. Tendremos que seguir aún muchos años a cuestas de las energías tradicionales. 2. La energía nuclear tendrá que seguirse manteniendo. 3. Solamente podremos seguir apostando por las energías alternativas, si los costes son asumibles. Y ya estamos viendo, con el recorte que está considerando el gobierno de las primas que se pagan por las energías alternativas-, que los costes no están siendo asumibles.
Un amigo, directivo de la empresa Aguas de Barcelona, me decía hace años: sí, todos nos hemos fijado objetivos ambiciosos con el medio ambiente. Pero esto es muy caro.
Y siempre pagan los mismos.